Un departamento con múltiples posibilidades de intervención y un residente con vasta experiencia en el mundo de la moda fue el escenario que encontró la arquitecta Julliana Camargo, de Studio Julliana Camargo, al comenzar el diseño de este proyecto, el cual desborda atrevimiento y autenticidad.
En una planta de 300m² en São Paulo (Brasil), el primer cambio de distribución fue la integración del balcón con la sala de estar. Los colores del entorno, como el tono naranja en la pared del fondo y el verde en la pared que viven en las plantas, se insertaron para crear perspectivas en el espacio.
El nuevo proyecto hizo que el jardín vertical ocupara el lugar de la antigua barbacoa y se demolió el revestimiento del techo. Entonces, la estructura de hormigón podría aparecer y dar la sensación de expansión en toda la sala de estar.
Además de los colores, los interiores también traen el uso de “no color”, presente en la pared y el techo de la cocina para resaltar los muebles con tonos sólidos y vibrantes que llaman la atención. El tono verde y menta aplicado en la cocina fue una solicitud inicial del residente y dialoga con toda la paleta y los acabados del apartamento.
La implicación del cliente también fue importante para dar más personalidad a las opciones de mobiliario. Como el gran sofá rosa en forma de media luna, que domina con elegancia y ligereza el salón.
En los dormitorios se produce la presencia de madera de demolición en el suelo en peroba rosa. El dormitorio de la pareja ganó una demarcación de espacios por cortinas, lo que hizo que el área fuera más privada y acogedora. Los tonos neutros imprimieron un toque de más intimidad en la vida cotidiana.
En la habitación infantil, la decoración lúdica se destaca con presencia de flores, animales y formas. Es posible ver la infancia con claridad, con elementos que tienen funciones prácticas pero que decoran la habitación.
