Si sos amante del buen comer y disfrutás de compartir tus platos en las redes sociales, con esta sencilla guía vas a poder sacarle mejor partido a tus fotos. Cosechar muchos likes y convertirte en un insta-foodie
#1 Menos es más. El centro de interés de la imagen debe ser la comida. Para lograr que la foto se vea profesional, es conveniente evitar que aparezcan personas, ya que distraen la atención. Si no querés descartar del todo el factor humano, podés dejar que se vea una mano sosteniendo la comida o el plato.
#2 Evitá la perfección. Todos sabemos que el ritmo de vida cotidiano es caótico y que un plato extremadamente limpio y prolijo no es real. Esto es clave para un insta-foodie. Una foto de un helado derritiéndose al sol o un plato a medio empezar pueden ser mucho mejor recibidos en las redes sociales.
#3. La composición. Está comprobado que las fotos que más nos gustan son aquellas que tienen mucha vida y color, además de simetría y la armonía de la composición. Si no sos fotógrafo profesional, tus comidas van a lucir mucho mejor en un bowl que en un plato.
#4. Los detalles. Así como a las influencers de la moda les gusta parecer desprevenidas en algunas fotografías, para los insta-foodie los mejores platos suelen causar mejor efecto si tienen algún aspecto que parece “descuidado”. Sal espolvoreada, migas desparramadas, los cubiertos sobre el plato, etc.
#5. Amigate con los neutros. Los tonos neutros son fundamentales para no robarle protagonismo al plato de comida que se quiere mostrar. Siempre, lo mejor es optar por una vajilla clara, blanca en lo posible, y sin muchos detalles.
#6. Sin filtro. Muchas veces, la tentación de agregar los bonitos filtros de las redes sociales hace que la comida parezca menos deliciosa. Optá por el camino más simple: usá luz natural y, como último recurso, ajustá la nitidez, las luces y las sombras. No te olvides de usar el hashtag #nofilter.
