Fotografía | @ester_exposito / @desigual
La actriz española Ester Expósito es la protagonista de Not a Doll, la nueva campaña de Desigual que busca romper con los estereotipos de belleza y feminidad.
Con una propuesta visual potente y un mensaje claro, la marca catalana apuesta por una narrativa audaz, moderna y consciente, donde la moda no solo viste cuerpos, sino también ideas.
Esta colaboración no es una más. Se trata de un manifiesto visual y conceptual que celebra la individualidad y la autenticidad, alejándose de los moldes tradicionales con los que históricamente se ha etiquetado a las mujeres en la industria.
Bajo el lema Not a Doll, Desigual invita a cuestionar, provocar y redefinir los cánones impuestos, y lo hace con una de las actrices más influyentes del panorama actual.
UNA CAMPAÑA CON VOZ PROPIA
Lejos de los clichés que han dominado gran parte de la publicidad de moda, Not a Doll se presenta como una propuesta disruptiva.
Ester Expósito, conocida por su fuerza interpretativa y por no encasillarse en roles convencionales, encarna a la perfección esta nueva visión.
La campaña, dirigida por el reconocido fotógrafo Mario Sorrenti y con dirección creativa de Sita Abellán, mezcla sensualidad, poder y actitud.
Las imágenes tienen un aire retro y cinematográfico, con referencias a los años 90, pero reinterpretadas desde un punto de vista contemporáneo.
En ellas, Expósito aparece poderosa, segura y dueña de sí misma, alejándose del papel pasivo que muchas veces se le ha asignado a la figura femenina.
NOT A DOLL: MODA CON MENSAJE
Más que una colección de ropa, Not a Doll es una declaración. El mensaje se despliega tanto en las prendas como en el concepto general de la campaña: las mujeres no son muñecas.
No están para ser decorativas, dóciles o moldeadas según estándares ajenos. Están para expresarse, elegir, cuestionar, liderar y mostrarse tal como son.
Las prendas que componen esta colección cápsula están impregnadas de esa misma actitud: vestidos ceñidos, transparencias, estampados arriesgados y cortes asimétricos que abrazan la personalidad de quien los lleva. Se trata de piezas con carácter, pensadas para una mujer libre, segura y consciente de su poder.
DESESTRUCTURAR PARA CONSTRUIR
En el corazón de Not a Doll hay una intención clara de deconstrucción. Desigual no solo apuesta por una estética llamativa, sino que se posiciona a favor de una moda que dialogue con el momento actual.
En tiempos donde el feminismo ha ganado terreno en todos los ámbitos, esta campaña se suma al movimiento con una propuesta que interpela directamente al espectador.
Ester Expósito, lejos de ser solo una cara bonita, participa activamente en la narrativa de la campaña.
Su participación no es casual: se trata de una artista que ha hecho de su carrera una plataforma para hablar de temas que le importan.
En entrevistas ha señalado la importancia de no dejarse encasillar y de desafiar las etiquetas que le imponen, algo que resuena profundamente con el espíritu de Not a Doll.
UNA ALIANZA ESTRATÉGICA PARA UNA NUEVA ETAPA DE DESIGUAL
Esta campaña marca también un nuevo capítulo en la evolución de Desigual como marca.
Con una estética renovada, una identidad gráfica más depurada y colaboraciones con figuras influyentes, la firma española se posiciona nuevamente como una marca a seguir.
La elección de Ester Expósito para liderar esta narrativa es parte de una estrategia que busca conectar con un público joven, diverso y con conciencia social.
En ese sentido, Not a Doll funciona como un puente entre la tradición creativa de Desigual y las nuevas demandas del mercado: autenticidad, representación y un mensaje potente detrás de cada producto.
UN GRITO DE LIBERTAD, MODA Y AUTENTICIDAD
El impacto de la campaña no pasa desapercibido. En redes sociales, Not a Doll ha generado conversación, apoyo y también reflexión.
No se trata solo de vender ropa, sino de proponer un diálogo más profundo sobre cómo la moda puede ser una herramienta para empoderar.
Con esta colaboración, Desigual y Ester Expósito demuestran que el estilo puede ser también una forma de resistencia, una manera de decir “acá estoy”, sin pedir permiso. Porque ser mujer no es sinónimo de obedecer, callar o agradar.
Y porque la moda, en su mejor versión, no se limita a vestir cuerpos, sino que acompaña movimientos.