Edificios y rascacielos de madera han ganado protagonismo en los últimos años, convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales de la construcción moderna.
La preferencia, pasión y hasta romance por la madera por parte de la nueva camada de arquitectos tiene que ver con sus múltiples ventajas competitivas: es un recurso renovable, contribuye a mitigar el cambio climático gracias a la absorción y fijación de CO2 atmosférico en su interior, lo que reduce considerablemente las emisiones que impactan en el calentamiento global.
Todo el proceso constructivo es más rápido, con menor impacto ambiental. Mejora la contaminación acústica, absorbe las radiaciones electromagnéticas de dispositivos electrónicos y regula la humedad interior.
Además, aporta un ambiente de natural calidez, tanto para vivir como para trabajar, lo que incrementa los niveles de productividad.
Ya es conocido mundialmente que la madera, ese material que el hombre ha empleado para construir su hábitat desde el inicio de su historia.
Hoy es uno de los materiales de construcción con más innovación y es considerado como una eficiente alternativa frente a las nuevas necesidades ambientales que enfrenta el mundo.
Una clara muestra de esto es la “carrera” que a comenzado en varios países del mudo y que buscan conquistar las alturas construyendo edificios en madera.
¿Por qué la madera?
La madera es un material renovable, reciclable y carbono neutro. Esto contribuye a la mitigación del cambio climático y del calentamiento global, siendo el material de menor demanda energética para su fabricación.
Debido a su capacidad aislante superior a cualquier material de uso tradicional en el país, promueve un bajo consumo energético que implica ahorro para el usuario y la sociedad, en un contexto energético deficitario.
De hecho, la foresto-industria es una cadena de valor que tiene un efecto multiplicador desde la semilla, la plantación, la recolección de resina y todos sus derivados, manejo forestal, cosecha de rollos, destino de rollos finos para celulosa y papel y de rollos para madera aserrable.
Además, se aprovechan los desperdicios, como el chip y la viruta, para la generación de energía renovable, y las maderas y molduras se destinan a la construcción de viviendas y muebles, así como a otros usos en la industria y la decoración.
Asimismo, diversos estudios internacionales demuestran que un metro cuadrado de área construida en un edificio con estructura de acero genera 40 kg de CO2 a la atmósfera y consume 143 KW / h de energía.
Similar es el caso de una estructura de hormigón, que registra 27 kg de CO2 y 80 KW / h de energía por metro cuadrado.
En cambio, si la estructura es de madera, un metro cuadrado de superficie plantea 4 kg de CO2 y solo 22 KW / h de energía.
Es decir, por cada metro cuadrado construido con estructuras de madera, se reducen las emisiones de CO2 hasta en una décima, en comparación con los sistemas tradicionales de construcción.
Además, las emisiones de gases de efecto invernadero durante el ciclo de vida de un edificio de madera son un 74% más bajas que las construidas con estructuras de acero y hasta un 69% más bajas que las construidas en concreto.
Argentina cuenta hoy con un patrimonio de 1,3 millones de ha de plantaciones forestales, principalmente de pino, eucalipto y salicáceas.
Más del 40% de estas plantaciones se encuentran certificadas por sellos de gestión sostenibles y proveen de materia prima al 95% de las industrias de base forestal del país, que incluyen a plantas de celulosa y papel, tableros y más de 2.700 PyMES, generando empleo directo a 100.000 personas.
El sector puede aumentar sus exportaciones y reducir el déficit comercial. A través de la plataforma ForestAR2030 se espera alcanzar para dicho año las 2.000.000 de hectáreas. Claramente esto habla del gran desarrollo y potencial de toda la cadena foresto industrial.
EJEMPLOS DE EDIFICIOS Y RASCACIELOS DE MADERA EN EL MUNDO
ESPAÑA: el edificio WittyWood será el primero del mercado que se construirá íntegramente con madera como elemento estructural.
Tendrá un diseño que intentará recrear un ambiente de trabajo natural y albergará un concepto profesional en forma de comunidad global enfocada a las necesidades individuales en el espacio de trabajo.
El edificio constará de 4.100 m2 construidos que se distribuirán en 4 plantas y que se repartirán entre 2.600 m2 destinados a oficinas y 1.500 m2 habilitados para usos complementarios, y se distinguirá por generar muy poco impacto medioambiental.
NORUEGA: se está construyendo el que será, por el momento, el edificio de madera más alto del mundo. El Mjøstårnet tendrá 18 pisos y llegará a los 80 metros de altura. Se ubica en un pequeño pueblo cercano a Oslo, la ciudad capital, incluirá departamentos y oficinas, un hotel, piscina cubierta, restaurante y áreas comunes.
ESTADOS UNIDOS: el fabuloso T3 creado por el famoso arquitecto Michael Green es un edificio de oficinas en la ciudad de Minneapolis.
Su nombre significa ‘Timber, Technology, Transit’ y tiene una superficie de 224.000 pies cuadrados de oficinas más espacio comercial. Utiliza componentes de madera para techos, pisos, columnas, vigas y muebles. Como resultado de la estructura de madera, T3 se construyó en menos de 10 semanas.
OTROS EJEMPLOS: Proyectos piloto destacados que demuestran que los edificios altos pueden ser construidos con madera incluyen el Stadthaus en Londres, Reino Unido (8 pisos); el Forte en Melbourne, Australia (10 pisos, de los cuales 9 están construidos con madera); el Centro de Innovación y Diseño de Madera en Prince George, Canadá (7 plantas); la calle Treet en Bergen, Noruega (14 pisos); y nuevos proyectos y obras que surgen en forma permanente en todas partes del mundo.
A esto podemos sumarle que en Inglaterra y Japón ya hay proyectos para construir en 2050 edificios de 250 y 300m de altura respectivamente.