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Distrito Arcos. Un shopping a cielo abierto en el barrio de Palermo

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Sobre los viejos arcos del viaducto del tren San Martín, la empresa IRSA recuperó un área que estaba muy degradada para hacer 65 locales y 20 góndolas. El proyecto estuvo a cargo de Seggiaro Arquitectos, quienes lograron concretar este complejo comercial a cielo abierto en el barrio de Palermo.

El paseo comercial Distrito Arcos está instalado en los antiguos edificios existentes en el predio ferroviario ubicado entre las avenidas Juan B. Justo y Santa Fe, y las calles Godoy Cruz y Paraguay.

La obra ocupa tres manzanas, donde antiguamente funcionaban una playa de maniobras del ferrocarril y los galpones de acopio de las Bodegas Giol. Esto implicó la recuperación del edificio ferroviario inglés y de los galpones, a los que se adaptó para el nuevo destino.

Ambas estructuras se encuentran enfrentadas, por lo que queda un espacio entre ellas que constituye un parque lineal, con un diseño paisajístico elaborado por Grupo Landscape y equipamiento urbano realizado por el Estudio Cabeza. La adaptación de espacio productivo a lugar de consumo se inspiró en las curvaturas de los viejos arcos del tren.

Los comercios se desarrollan hacia el interior de los espacios cubiertos existentes y las áreas comunes son casi en su totalidad exteriores.

El sector edificado se caracteriza por la presencia de las estructuras ladrilleras del viaducto del ferrocarril que definen las fachadas interiores y exteriores urbanas. El paseo comercial está definido por espacios verdes al aire libre.

DISTRITO ARCOS: RESTAURACIÓN Y DISEÑO DE VANGUARDIA

El recorrido cuenta con elementos de equipamiento urbanos acompañado por góndolas, terrazas y pérgolas enmarcadas en una estructura de arcos. En el espacio exterior, las áreas con vegetación son las protagonistas.

Los portones de madera original fueron conservados y utilizados como entrada a los diferentes locales, en donde se dispuso vitrinas externas a modo de vidrieras.

Para la restauración de los galpones con estructuras de madera se emplearon los mismos criterios que el edificio ferroviario. Por tal motivo, solo se reemplazaron las chapas de revestimiento mientras que las estructuras fueron conservadas, restauradas, reforzadas y protegidas ya que no verificaban en su estado original los códigos de construcción para hacerlos aptos al nuevo uso.

La ubicación de las cocheras fue uno de los grandes desafíos, que fue resuelto en tres niveles bajo tierra, ya que el lugar entre los edificios era muy estrecho. Por este motivo es que se decidió descomponer los dos niveles de subsuelos que se necesitaban en tres semipisos, aprovechando el desnivel existente en el terreno.

El proyecto del parque también partió de la consideración de los niveles y del concepto de polders en los accesos. Cora Burgin, de Grupo Landscape estuvo a cargo del paisajismo.