Fotografía | louisvuitton
El desfile de Primavera-Verano 2025 de Louis Vuitton, diseñado por Nicolas Ghesquière, presentó una armoniosa combinación de volúmenes, estampados y detalles inspirados en distintas épocas.
AUDACIA Y ELEGANCIA EN LA COUR CARRÉE
El espectáculo tuvo lugar en la majestuosa Cour Carrée del Louvre, un espacio que simboliza el legado y la historia de París, combinando perfectamente con el enfoque arquitectónico de las prendas presentadas.
La pasarela brilló con una paleta de colores que iba desde tonos vibrantes como verdes y amarillos eléctricos hasta suaves matices neutros.
Esta interacción entre colores intensos y tenues no solo apostaba por el dinamismo visual, sino que también acentuaba el concepto de contraste que permeaba toda la colección.
Cada elección cromática contribuyó a un equilibrio sofisticado, realzando la propuesta estética de la temporada y fusionando audacia con sutileza de manera armoniosa.
Los primeros looks de la colección ostentaban exagerados volúmenes, estampados inspirados en los años 80 y detalles bordados que capturan una estética atrevida y vanguardista.
Este juego de yuxtaposiciones no solo resalta la maestría de Ghesquière para mezclar influencias, sino que también redefine las nociones de elegancia y modernidad.
EL DESFILE PRIMAVERA-VERANO 2025 DE LOUIS VUITTON YUNA DECLARACIÓN AUDAZ SOBRE EL FUTURO DE LA VESTIMENTA FEMENINA
Una de las características más destacadas del desfile fue el uso de volúmenes prominentes, que dan un toque dramático a las siluetas.
Las camperas oversized, las minifaldas amplias y los vestidos estructurados enfatizan una figura poderosa y segura.
Estos volúmenes, acompañados de estampados llamativos inspirados en los años 80, logran capturar la esencia del estilo retro pero con una interpretación fresca y contemporánea.
La colección también hace un guiño a la artesanía con los elaborados detalles bordados que adornan varias prendas, una clara muestra del savoir-faire de la maison.
Los bordados añaden textura y profundidad, elevando cada pieza a un nivel superior de sofisticación.
Este enfoque en los detalles refleja el compromiso de Louis Vuitton con la calidad y la innovación en cada temporada.
Además de los volúmenes y los bordados, el desfile también presentó una serie de accesorios emblemáticos.
Los bolsos icónicos de la marca fueron reimaginados con nuevas formas y texturas, complementando perfectamente los looks de pasarela.
Estos accesorios, junto con los zapatos de tacón estructurados y los anteojos de sol futuristas, crean un conjunto integral que completa la visión de Ghesquière para esta temporada.
En cuanto al calzado, la colección ofrece opciones vanguardistas que desafían las convenciones de la moda.
Botines con suelas gruesas y detalles metálicos, así como sandalias con formas geométricas, añadieron un toque de modernidad a los looks.
El contraste entre el diseño tradicional de las prendas y los elementos futuristas de los accesorios refuerza la idea de que la moda no debe estar limitada por el tiempo ni las tendencias pasajeras.