Los expertos y nutricionistas insisten con que el desayuno es la comida más importante del día. Razón no les falta: ayuda a controlar el hambre durante toda la mañana, aporta energía y contribuye a mantener el peso ideal.
La primera comida del día debe contener hidratos de carbono (preferiblemente de lenta absorción como los que aportan los cereales integrales), proteínas (como las que aportan los frutos secos y el huevo) fibra, vitaminas y minerales.
El desayuno debe aportar entre el 20 y el 25 % de las calorías que necesitamos en el día al día. Es decir, para un adulto con unas necesidad diaria promedio de 2.000 kcal, el desayuno perfecto debería aportarle unas 400 o 500 calorías.
No contar con tiempo para desayunar correctamente no puede ser una excusa. Un buen desayuno no tiene por qué demorar. De hecho, muchas opciones saludables, como una tortilla de huevos, un yogur con frutas o frutos secos y un sándwich integral vegetal se pueden preparar en menos de cinco minutos.