Fotografía| @world_walkerz
El Cristo Redentor, que se alza majestuosamente sobre la ciudad de Río de Janeiro, es mucho más que una obra de arte; es un símbolo de fe, esperanza y belleza arquitectónica que ha cautivado al mundo durante casi un siglo.
UNA HAZAÑA ARQUITECTÓNICA
El Cristo Redentor fue diseñado por el ingeniero brasileño Heitor da Silva Costa y esculpido por el artista francés Paul Landowski.
La construcción de esta colosal estatua comenzó en 1922 y se completó en 1931. Con una altura de 30 metros, la estatua se encuentra en la cima del monte Corcovado, a 710 metros sobre el nivel del mar.
Su ubicación estratégica ofrece vistas panorámicas impresionantes de la ciudad de Río de Janeiro y la bahía de Guanabara.
CRISTO REDENTOR: UN MONUMENTO DE FE
El Cristo Redentor es una representación poderosa de la fe cristiana. Sus brazos extendidos simbolizan la bienvenida y el amor de Jesucristo hacia todos.
La estatua se erigió como un regalo de Brasil al mundo y como un homenaje al centenario de la independencia de Brasil en 1922. Cada año, millones de peregrinos y turistas visitan este lugar sagrado para ofrecer sus oraciones y admirar la majestuosidad de la escultura.
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
En 2007, el Cristo Redentor fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo su importancia cultural y arquitectónica a nivel global. Su impacto trasciende fronteras y religiones, uniendo a personas de diferentes credos en un espíritu de admiración y respeto.