El invierno en Buenos Aires no da lugar para aburrirse. Aunque el frío se haga notar, la ciudad se transforma en un lugar lleno de planes, sabores y momentos únicos que invitan a disfrutar como nunca.
Para los que no lo sepan, el invierno en la capital argentina va de junio a septiembre, y es durante estos meses cuando todas las atracciones que ofrece Buenos Aires se visten de un encanto especial. ¿Te apetece una buena sopa calentita o escuchar un tango que te erice la piel? Te dejamos cinco tradiciones de invierno que no puedes dejar pasar si andas por la capital argentina.
1- El mate, la excusa perfecta para charlar y entrar en calor
El mate no falla en invierno; es esa bebida mágica que parece hecha para los días fríos. No es solo una taza caliente, es todo un ritual. Preparar el mate, pasarlo, compartirlo y charlar mientras las manos se calientan con la bombilla. Es como si todo lo demás dejara de importar por un rato.
La gente lo toma en casa, en el parque o incluso en la oficina. Y si le añades unas facturas —sí, esas medias lunas o bizcochos de manteca—, ya tienes el plan perfecto. En Buenos Aires, el mate no es solo una tradición; es casi una religión.
2- Ferias de invierno para pasear y picotear
¿Te imaginas pasear por una feria con el aroma de empanadas recién hechas y música de fondo? Pues en invierno, Buenos Aires se llena de ferias en las que puedes hacer todo eso y más. La Feria de Mataderos, por ejemplo, es un clásico. Allí puedes encontrar desde artesanías hasta guisos que te devuelven el alma al cuerpo.
Aunque el frío te haga dudar, la ciudad se pone las pilas con actividades al aire libre. Caminatas por San Telmo, recorridos en bicicleta por Puerto Madero… Hay de todo. Y lo mejor es que siempre terminas encontrando algo que te sorprenda. Si buscas algo que te conecte con la esencia de Buenos Aires, una vuelta por sus ferias nunca falla.
3- El tango, el calor del invierno
Pocas cosas son tan de Buenos Aires como el tango. En invierno, los escenarios cerrados se llenan de espectáculos que parecen transportarte a otro tiempo. Si nunca has estado en un lugar como el Café Tortoni o no has visto un show en vivo, te estás perdiendo una parte esencial de esta ciudad.
¿No sabes bailar? No pasa nada. Hay clases para principiantes en todos lados. Entre el sonido del bandoneón y la pasión de los bailarines, el tango te envuelve de una manera que no se puede explicar.
4- Comer bien
Cuando el frío se cuela por todos lados, no hay nada mejor que un buen plato caliente. El locro es un guiso que parece diseñado por algún genio que sabía exactamente lo que tu cuerpo necesita en invierno. Lleva maíz, zapallo, carne y una mezcla de ingredientes que te hacen sentir como si alguien te diera un abrazo gigante. Por supuesto, las parrillas tampoco se quedan atrás. Los cortes más jugosos, un buen vino y ese olorcito a carne asada… no necesitas más.
5- Cine y teatro, el refugio del invierno
Cuando el viento helado no da tregua, el cine y el teatro son la solución. Buenos Aires tiene una oferta cultural de otro nivel, y en invierno se luce. Desde festivales de cine independiente hasta grandes producciones teatrales, hay para todos los gustos. Los teatros más emblemáticos, como el Colón o el San Martín, tienen obras que te dejan con la boca abierta. Y si vas con niños, también hay opciones para que ellos disfruten.