Por | idsp arquitectos | Fotografía | Manuel Sá
El terreno en el que se implanta Casa Pabellón se caracteriza por la marcada presencia de una masa arbórea con vegetación de diferentes tamaños y variedades. Anteriormente albergó parte de la sede social del fraccionamiento en el que se inserta, dejando como herencia algunas piedras de esta historia, complementadas y reagrupadas, reorganizando y preparando el territorio para albergar una nueva vivienda.
Está ligeramente inclinada hacia el noreste. En dirección a una zona de preservación permanente que contiene un lago, una llanura de inundación y grandes árboles autóctonos, contiguos al terreno. La belleza del sitio determinó el proyecto y la propiedad se desarrolló en íntima relación con la topografía y el paisaje.
Para situar Casa Pabellón a la altura de las copas de los árboles, favoreciendo el contacto diario con la flora y la fauna allí presentes, se diseñó un podio de piedra que alberga la zona técnica y da cabida a una pequeña piscina cuya forma se ajusta a la esquina del terreno y guarda cierta similitud con un estanque presente en el entorno.
Sobre este bloque geométrico y trapezoidal, la pieza superior, sin forma, se apoya, se desliza y se inclina como una agrupación megalítica, tan presente en nuestras zonas rurales. En “Adjacent, Against, Upon”, Michael Heizer parece haber utilizado este juego lúdico.
Al norte, en el área social, se invierte la lógica estructural convencional en la que el hormigón armado actúa a compresión y la madera a tracción. Proponiendo esbeltos pilares de madera laminada encolada (MLC) como soporte de una “carpa” de hormigón armado, que se “alarga” hasta el césped.
Los pilares, al tiempo que emulan la verticalidad de los troncos de los árboles cercanos, reproducen la elementalidad de las estructuras rurales. Su repetición ordenada recuerda a las Cariátides, ahora sin rostro y de pino.
Al oeste, actualiza y subvierte el “pórtico paulista”, sustituyendo la capilla por una biblioteca, que invita al placer de la lectura y la investigación. Al este, en busca de la luz del sol que llega filtrada a través de los enormes árboles del fondo de la parcela, se lanzan dos tubos en su busca. En este momento me vienen a la mente el “Laboratorio de Tizas” de Jorge Oteiza y “El libro de los seres imaginarios” de Jorge Luis Borges.
La obra trata de encajar como una prótesis en el paisaje: se adapta al vacío que dejan los árboles. Se adapta con naturalidad, pero no trata de imitar la complejidad de la naturaleza. La geometriza.
En una escala ambigua, el pequeño edificio fragmentado es quizás más que un refugio y quizás menos de lo que se espera de una casa. Adoptando el carácter de un “pabellón”, un espacio cubierto rodeado de extensiones, como los que (todavía) existen en las afueras de las ciudades de São Paulo.
Concebido poco después de la relectura de “Constante Diálogo” de Drummond, capta la atmósfera del poema, en una especie de “traducción material”. En un ejercicio de comunicación directa con el contexto, la naturaleza, la herencia cultural, la ascendencia, al mismo tiempo que hace señas hacia el futuro.
Una Casa Pabellón para aprender del vuelo de los pájaros, del viento en las hojas, del “movimiento” del sol, la luna y las estrellas. Una obra en constante diálogo, en tiempos en los que el diálogo es cada vez más necesario.
FICHA TÉCNICA
Arquitectos: idsp arquitetos.
Ubicación: Indaiatuba, San Pablo, Brasil.
Área del proyecto: 160 metros cuadrados.
Año del proyecto: 2021.
Fotografía: Manuel Sá.