Fotos | @turismocaviahuecopahue
La iniciativa “Best Tourism Villages” que lleva adelante la Organización Mundial del Turismo elegirá en diciembre las mejores aldeas rurales, y entre los candidatos hay tres pueblos argentinos.
Entre las condiciones que debe tener cada sitio, se destaca la baja densidad (población por debajo de los 15 mil habitantes), estar ubicados en marcos naturales de características únicas, mantener los valores y estilos de vida de su región que potencien el turismo.
Lanzado en 2021, “Best Tourism Villages” promueve y mejora el papel del turismo en la salvaguardia de los pueblos rurales, junto con sus paisajes, diversidad natural y cultural, sistemas de conocimiento y valores y actividades locales, incluida la gastronomía. Al mismo tiempo, la iniciativa también promueve enfoques transformadores para el desarrollo del turismo en destinos rurales que contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El primero de los tres pueblos argentinos nominados es Caviahue-Copahue, que se encuentra a 360 kilómteros de Neuquén, sobre la Cordillera de los Andes. Es conocido como el único pueblo de nieve de Latinoamérica, y en él viven 900 habitantes.
Con el Salto del Agrio, una cascada de unos 45 metros de altura que cae hacia una laguna encajonada entre rocas, como uno de sus paisajes destacados, el verano ofrece múltiples paisajes para disfrutar.
Las termas de Copahue son un atractivo permanente, al igual que el circuito de cascadas: El Gigante, Cabellera de la Virgen, Basalto y La Culebra.
Villa Pehuenia, Aluminé y Moquehue, son pequeños pueblos que engalanan la región. Marzo es un mes ideal para visitar este enclave rural, época en que se celebra la Fiesta del Piñón, por fruto del Pehuén que domina estos parajes.
El segundo pueblo rural que busca abrirse al mundo con este concurso es Trevelin, en la provincia de Chubut. Con origen galés, este poblado es la puerta de entrada al Parque Nacional Los Alerces en la Patagonia.
Recostado sobre la Cordillera de Los Andes, se lo señala como el jardín de la provincia debido al Trono de Nubes, el campo de tulipanes que florece en 27 colores diferentes entre octubre y noviembre.
Con 64 metros de altura, la cascada Nant Fall es una de las vedettes de la zona, con sus tres altos sobre un tupido bosque.
La importante presencia de descendientes de galeses (se estima que la mitad de la población tiene sangre de la nación del Dragón), hace fuerte la ceremonia del té que puede disfrutarse en diversos comercios especializados y con una añeja tradición.
La lista de pueblos candidatos argentinos se cierra con San Francisco de Alfarcito, un pueblo de sólo 80 habitantes erigido con piedra, adobe y paja, rodeado por el río Cortaderas en las cumbres de Alfar que le dan su nombre.
El color ocre predomina en todo el poblado y solo la iglesia de paredes blanca, rompe con la monotonía del paisaje ubicado en plena puna jujeña.
Las herramientas para el sustento de Alfarcito es la producción de maíz, alfalfa y habas junto a la cría de llamas, ovejas y cabras, además de las artesanías y el floreciente turismo.
Rodeado por un ambiente mágico y ancestral, este pueblo rural se cuida a sí mismo, ya que las decisiones que inciden en el día a día, son tomadas por los mismos habitantes con especial foco en el cuidado de sus recursos naturales.