Fotografía | @rojassasi
En 2019, Sabrina Rojas se mudó a un barrio privado en Pilar con sus dos hijos después de separarse de Luciano Castro. La casa, de estilo rústico, combina a la perfección naturaleza y elegancia.
Las paredes están revestidas de un blanco impoluto, lo que le confiere una sensación de amplitud y luminosidad. El suelo, a su vez, está cubierto con exquisitos azulejos de porcelanato, que añaden una elegancia contemporánea a cada rincón.
Los muebles rústicos, con su robustez y encanto natural, se erigen como piezas fundamentales en la propuesta deco, aportando un toque de calidez y autenticidad a la estancia.
La propuesta de interiorismo va más allá de lo meramente estético; es un reflejo de la personalidad y vivencias de Sabrina Rojas.
Cada detalle artesanal y cada fotografía que adorna las paredes cuentan una historia, una historia que es parte de su vida y que se entrelaza con el ambiente en una simbiosis única. Estos elementos, más que simples objetos decorativos, se convierten en parte esencial de la atmósfera que envuelve la casa.
La sala de estar es luminosa gracias a un amplio ventanal que brinda vistas al jardín. Sabrina aprovecha al máximo ese espacio al aire libre, compartiendo momentos de paz en el balcón.
El jardín es un refugio natural donde toma el sol y sus hijos disfrutan al aire libre. Sin lugar a dudas es uno uno de los espacios preferidos de la modelo, también de los más instagrameados del hogar. Plantas, sillones de mimbre y un deck de madera añaden encanto rústico al entorno.
El hogar de Sabrina Rojas en Pilar ofrece un equilibrio entre lujo rústico y la conexión con la naturaleza, un refugio de elegancia en medio de un paraíso natural.