Fotografía|@taylorswift / homes.com
En 2015, Taylor Swift se enamoró de esta joya arquitectónica construida en 1934 y no dudó en desembolsar la impresionante suma de $25 millones.
La mansión en Beverly Hills, con siete dormitorios y diez baños, no solo ha sido el lugar de descanso de la estrella durante su agitada gira mundial “Eras”, sino que también ha experimentado una remodelación durante la pandemia para obtener el estatus de “propiedad histórica”.
La majestuosa residencia no solo sirve como refugio para Swift, sino como un santuario lleno de lujos y comodidades. Cuenta con una biblioteca y sala de juegos de cartas, un gimnasio totalmente equipado y una cancha de tenis.
El jardín, exquisitamente adornado, repleto de rosas, lavanda y un estanque koi, no solo refleja el gusto estético de Swift, sino que también sirve como inspiración para sus composiciones.
TAYLOR SWIFT: LA REINA DE LAS PROPIEDADES INMOBILIARIAS
Taylor no solo es una leyenda en la música, también en el mundo de los bienes raíces. Con propiedades lujosas en Nueva York, Los Ángeles, Rhode Island y Nashville, la cantante ha demostrado ser una experta en inversiones inmobiliarias desde temprana edad.
Desde su primera mansión en Nashville a los 20 años, Swift ha continuado adquiriendo propiedades impresionantes.
Su colección incluye una mansión histórica en Los Ángeles, The Goldwyn, que una vez fue visitada por leyendas del cine como Charles Chaplin. Además, en Nueva York, la artista transformó dos penthouses en Tribeca en un dúplex espectacular.
Swift también ha regalado propiedades, como la mansión griega en Forest Hills a sus padres.