Por | Co.laage, TANAT
La piedra marcó el punto de partida de Rancho Tehuán. Al estar en suelo volcánico las montañas pétreas solo están cubiertas por una ligera capa de arcilla y tierra que sostiene la vegetación. Las plantas son bajas y de temporada. Verdes vibrantes por cinco meses de lluvia y secas el resto del año.
El paisaje se transforma como también la arquitectura. Es decir, se construye desde un pensamiento de transformación del paisaje, obteniendo de la tierra, los recursos para construir espacios habitables.
Rancho Tehuán buscó así aprovechar los recursos del sitio. Muros de la piedra obtenida de la excavación, las bóvedas de ladrillo rojo, y los aplanados de arcillas y cal, donde el concreto participa ligeramente en reforzar la estructura y el acero en contener los vidrios de las puertas y ventanas.
En la búsqueda de construir un espacio desconectado de redes hidráulicas y sanitarias, la lluvia se vuelve el recurso fundamental, que al captarse a través de las bóvedas, puede dar agua a la regadera y la cocina. El baño es seco.
Probablemente esta casa signifique una reducción mínima del impacto ecológico en comparación a lo que se generó como humanidad en este planeta. Sin embargo, el ejercicio de Rancho Tehuán trae consigo mucho aprendizaje (que esperemos cuente algo con estas imágenes). En la forma de imaginar nuevas arquitecturas para un futuro que pide un retorno al origen.
FICHA TÉCNICA
Arquitectos: Co.laage, TANAT.
Ubicación: Palpán, México.
Área del proyecto: 110 metros cuadrados.
Año del proyecto: 2021.
Fotografía: Diego Rivero Borrell.