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Casa Rana. Un proyecto en Yucatán con el viento como condicionante

Casa Rana

Por | EURK Buildesign | Fotografía | Tamara Uribe
La Casa Rana está ubicada en la Península de Yucatán, uno de los puntos geográficos a nivel mundial con mayores posibilidades en temas eólicos.

Yucatán se encuentra en una latitud y longitud donde los vientos predominantes soplan de componente Este, Este-Noreste y Este-Sureste en promedio. Esto se debe a la diferencia de presión que existe entre el alta de Las Azores sobre el Atlántico, y la zona de convergencia intertropical al norte del Ecuador.

La brisa se genera por la gran diferencia de temperatura que llega a existir entre la planicie de la península y el océano, en este caso el golfo de México.

Cuando hay temperaturas muy altas por la tarde, el aire asciende debido a que es más liviano. Al ascender, deja un vacío por debajo de él que obligatoriamente tiene que ser rellenado por aire a su alrededor para encontrar el equilibrio.

En este caso, el único aire con el que se cuenta es el que viene del mar y entra por las costas de Campeche, Yucatán y Q. Roo.

De esta manera, en varias ocasiones, existe después del mediodía un refrescamiento en las temperaturas y un cambio en la dirección del viento. Mayormente ocurre en el noroeste, con velocidades que a veces pueden ser también de importante magnitud.

“Esta condición es normal en Yucatán. Y debido a esta circunstancia, se adoptó el uso de las veletas hace muchos años”, explican desde EURK Buildesign.

EL VIENTO LLEVÓ A LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA RANA

Se utilizaron los factores que predominan en el contexto con mayor interés por el comportamiento de la brisa para usarla como una herramienta y no como una condicionante.

Así, extiende su velocidad, dirección, temperatura y promedio a lo largo del año, y de igual forma evoluciona en contra de las tipologías comunes en la zona.

A partir de un análisis de la dirección del viento, se supo que el ángulo promedio anual en el cual circula es de 45 grados.

Por eso, la propuesta consistió en girar elementos de la estructura para no generar vacíos al pensar en una ubicación perpendicular al mar, tal como se encuentran todas las construcciones en la costa mar.

En consecuencia, hubo una rotación para permitir el paso fluido del viento y generar túneles de aceleración.

La ventilación solo funciona cuando tiene la capacidad de pasar sin algo que la frene y a lo denominado “ventilación cruzada“.

Por lo tanto, se propone en cada punto de cruce o intersección elementos flexibles que puedan reaccionar según la hora, día o mes del año. Y seguir generando el control de la velocidad y cantidad que se requiera y así el control de temperatura interior.

La Casa Rana pretende ser una experiencia sensorial completa: SENTIR, VER y USAR. El flujo constante del aire a cualquier hora del día permite llegar a un punto de confort interno con una climatización natural y el menor uso de energía. La brisa es controlada y regula la temperatura interior.

Se utilizaron elementos de control del viento como mallorquinas, muros perforados y ventanas corredizas. Estos, se abren, dominan, cierran o dosifican tanto la brisa del noreste como el viento del sureste por las mañanas.

Los elementos, asimismo, permiten controlar la interacción entre las áreas sociales y privadas con la flexibilidad de reaccionar según la actividad a realizar.

La Casa Rana rompe con los esquemas comunes de las “casas de playa”, volviéndose un integrante silencioso, coexistiendo y exaltando el contexto y sus factores, no compitiendo contra este.

FICHA TÉCNICA
Arquitectos:
EURK Buildesign.
Ubicación: Yucatán, México.
Área proyecto: 463 metros cuadrados.
Año proyecto: 2018.
Fotografía: Tamara Uribe.