Fotografía | Ruben Ortiz | Pinterest
La estética japonesa del Wabi Sabi se basa en la idea de encontrar la belleza en la imperfección. Es una forma de entender la vida y la decoración.
FILOSOFÍA ZEN
Esta tendencia extrae directamente de la naturaleza sus tres ideas básicas: nada es perfecto, nada está completo y nada es permanente.
Aunque no haya una definición exacta debido a la afición japonesa por la ambigüedad de las palabras, se puede decir que el Wabi Sabi es el arte japonés de la búsqueda de la belleza en la imperfección y la no permanencia de las cosas.
Es un concepto elaborado de la filosofía budista Zen. Está basado en la contemplación de la naturaleza y la aceptación de su continuo ciclo de nacimiento, crecimiento, decadencia y muerte.
El Wabi Sabi no puede ser pensado como un estilo de decoración japonesa, sino como un estado de ánimo que crea una atmósfera de introspección y solitud. Es una manera de vivir y de percibir el mundo, es el arte de eliminar las cosas innecesarias y dejar lo esencial.
El arquitecto japonés Tadao Ando escribió al respecto: “Los interiores tienden a ser silenciados con sombras y poca luz, que dan a las habitaciones una envolvente sensación parecida al seno materno”.
La estética es más intuitiva que intelectual. Está descrita por la presencia de los procesos naturales y el ambiente íntimo. La sencillez, la modestia, la asimetría y la aspereza.
Celebra las grietas y las hendiduras en los objetos y los materiales que son vulnerables a la intemperie. La paleta de colores se extrae de los marrones, negros, grises, verdes terrosos, y óxidos.