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Alex Chinneck. El artista que dobla la ciudad a su antojo

Alex Chinneck. El artista que dobla la ciudad a su antojo

Fotografía | Charles Emerson, cortesía Alex Chinneck
Cuando se trata de transformar lo cotidiano en algo extraordinario, pocos artistas lo logran con tanta originalidad como Alex Chinneck.

Este escultor británico ha construido una carrera basada en torcer literalmente la realidad: farolas que se anudan, buzones que se derriten y fachadas que se desploman.

Su última intervención pública en la ciudad de Bristol confirma que lo suyo no es simplemente arte, sino una invitación permanente al asombro.

BRISTOL COMO ESCENARIO DE LO IMPOSIBLE

El proyecto más reciente de Alex Chinneck se desarrolló en Assembly Bristol, un espacio moderno que combina arquitectura contemporánea y tradición urbana.

Allí, el artista instaló tres esculturas metálicas que alteran la lógica de los objetos urbanos: dos farolas anudadas y una cabina telefónica torcida, todas ellas convertidas en verdaderos íconos visuales del entorno.

Lejos de ser simples instalaciones decorativas, estas piezas tienen una fuerte presencia escenográfica y conceptual.

La cabina telefónica, titulada “Wring Ring”, se tuerce como si fuera de goma, incluyendo incluso sus paneles de vidrio, que acompañan la torsión con sorprendente fluidez.

La escultura mantiene su funcionalidad como punto de luz, emitiendo un cálido resplandor por las noches.

LUZ, HUMOR Y POESÍA EN EL PAISAJE URBANO

Una de las farolas, llamada “First Kiss at Last Light”, se entrelaza con otra en un gesto íntimo, como si ambas compartieran un abrazo bajo el cielo bristoliano.

La segunda farola, en cambio, se anuda a sí misma y baja su cabeza en un gesto que parece casi melancólico. Ambas miden aproximadamente cuatro metros de altura y están ubicadas junto al histórico muro del puerto flotante de Bristol.

Estas esculturas dialogan tanto con el edificio Assembly —diseñado por el estudio Allford Hall Monaghan Morris— como con el pavimento empedrado de Cheese Lane, una calle recientemente reabierta al público tras décadas de cierre.

No es casualidad que Alex Chinneck haya sido convocado para este proyecto: su obra combina la estética del arte contemporáneo con un guiño constante a la memoria urbana.

ALEX CHINNECK: CUANDO EL ARTE JUEGA CON LA ARQUITECTURA

Desde sus inicios, Alex Chinneck ha desdibujado la línea entre arte y arquitectura. En Londres, es célebre por su instalación “A pound of flesh for 50p”, una casa hecha de cera que se derretía lentamente.

También en la capital británica sorprendió con “Take my lightning but don’t steal my thunder”, una fachada de edificio que parece estar flotando en el aire.

Lo que todas sus obras tienen en común es su capacidad de provocar una reacción inmediata en el espectador.

Ya sea una sonrisa, una expresión de sorpresa o una pausa para sacar una foto, el arte de Chinneck interrumpe la rutina urbana y propone una nueva forma de mirar el entorno.