Reflejando el espíritu de la Magna Grecia, Siracusa se debate en un universo mágico de leyendas, revelando el encanto de una ciudad que atestigua casi tres mil años de historia y las expresiones significativas de las más importantes civilizaciones mediterráneas.
Situada en la costa sudeste de la isla de Sicilia, en el Mediterráneo central, Siracusa es conocida como la ciudad griega clásica más grande fuera del país helénico.
Actualmente, cuenta con más de 130.000 habitantes y se divide en dos partes: la más moderna y el centro histórico, Ortigia, cuyo desarrollo se inició en el siglo VII antes de Cristo.
HISTORIA DE SIRACUSA
Fue fundada por los Corintios en el año 734 a.C. y supo ser la más poderosa ciudad del mundo griego entre los siglos V y III a.C., hospedando personalidades ilustres como el matemático Arquímedes, el poeta Píndaro, el dramaturgo Esquilo y el filósofo Platón.
Gozó de una gran prosperidad que duró hasta la invasión romana, quinientos años después. Trás ser fugaz capital del Imperio Bizantino, el saqueo de los sarracenos del año 878 inauguró una período oscuro que se prolongó por un largo tiempo.
Hoy en día, Siracusa presenta uno los patrimonios arqueológicos más ricos de la región. En ella quedan vestigios del Templo de Atena (siglo V a.C.), más tarde transformado en catedral y subsisten ruinas de importantes construcciones.
Se destacan entre las principales edificaciones el teatro griego, la Oreja de Dionisio, las Latomias o canteras de piedra y la gruta de los Capuchinos.
La zona de la antigua Siracusa fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2005 y ofrece un ejemplo, único en su género, de la evolución de la civilización mediterránea a lo largo de más de tres milenios.
El sol, el cielo y el mar la envuelven con su brillo. La arquitectura barroca expresa su renacimiento, al tiempo que las huellas de antiguas culturas todavía persisten en sus calles.
En Siracusa, se funden un universo mágico de leyendas y la brisa marina, creando su atmósfera única.
SIRACUSA IMPERDIBLE
Teatro Griego. Con vistas al mar, domina la ciudad. En él se celebra cada año un prestigioso festival de tragedias y comedias clásicas en griego antiguo.
Catedral de Siracusa. Obra de estilo barroco tardío o rococó, en ella se reflejan con detalle la influencia del cristianismo en el barroco siciliano así como también de la Contrarreforma como medio para realzar las aptitudes del buen cristiano.
Plaza Arquímedes. Adornada en el centro con la fuente de Artemisa (s. XIX), está rodeada de bellos palacios y honra al célebre matemático e inventor siracusano.
Anfiteatro Romano. Perteneciente a la edad imperial, es considerado uno de los anfiteatros más significativos de su género.