Por | Ana Altberg, Cesar Jordão
Desde la primera visita, se quedó muy impactado con la potencia de la Sierra de Bocaina. Así como la cliente que solicitó Casa en Bocaina que “abrazara el paisaje”. Después de muchos estudios y conversaciones, con el fin de interpretar este deseo, se llegó a una forma curva que busca incorporar panorámicamente el exterior al interior de la propiedad.
Con este objeto semi-elíptico, revestido por materiales familiares a la selva, se buscó atenuar las fronteras entre la construcción y su entorno. Estableciendo una arquitectura que se coloque de una forma respetuosa en este delicado ecosistema. El desafío de negociar espacios comunes y privados en una forma circular llevó a observar otras referencias arquitectónicas, construcciones vernáculas, espacios comunitarios que tienen un profundo vínculo con su entorno.
Este camino también llevó a reflexionar sobre la tipología residencial, sobre mimesis y contexto. Sobre “confort” y “contemplación de la naturaleza”. Sobre la escala temporal de una construcción y la intensidad de su pisada en el suelo.
En busca de la vivienda circular, en un espacio contenido entre muchos árboles, acabamos encontrando la intersección entre dos arcos donde situamos el proyecto.
Dos cuadrados separados y rotados a 45 grados están articulados por curvas, albergando entre sí el espacio común. En los cuadrados, espacios racionalizados y preservados para cuatro suites, accesibles desde el exterior de las terrazas curvas.
En el espacio residual y transparente, el área común de sala, cocina y chimenea. Este diseño radial converge hacia el núcleo magnético de Casa en Bocaina.
La chimenea construida por Lew French con materiales recolectados en la región. Y simultáneamente, este núcleo se abre hacia el exterior, respaldado por el techo invertido que trae las cimas de las montañas al interior de la vivienda.
La selva tropical se puede contemplar desde un interior protegido de su vida silvestre. La iluminación artificial es mínima. Una penumbra con suaves focos de luz nos obliga a recalibrar la visión por la noche, para causar menos molestias a la vida que reside allí fuera.
De día, Casa en Bocaina está orientada hacia el exterior. De noche mira hacia adentro, conformando un espacio uterino alrededor de la chimenea.
Los tres terrazas, en el eje este-oeste, son plataformas para la observación panorámica de las montañas y las estrellas. Durante el día, el piso de piedra blanca aleja el calor del sol. Y por la noche, ilumina el espacio reflejando la luz de la luna.
La losa de la terraza central se dobla para permitir la entrada de luz indirecta al interior de la casa, junto al techo invertido. Las diagonales del proyecto resultan en dibujos de luz imprevistos, que bailan por la casa a lo largo del día.
Las terrazas superiores están conectadas a los arcos de las fachadas norte y sur, y rematadas por las canaletas en forma de V, que canalizan y dirigen las aguas pluviales de más de 300 m2 de techo hacia los pozos.
Aunque no es recomendable estar afuera durante una tormenta tropical, es en este momento que la propiedad muestra su mayor atracción y sus extremidades se convierten en dos cascadas torrenciales.
La Sierra de Bocaina es una de las mayores áreas protegidas de Mata Atlántica en Brasil, en la frontera entre los estados de Río de Janeiro y São Paulo.
Esta región es un segmento de la Sierra del Mar, una cadena montañosa que se extiende aproximadamente 1.500 km a lo largo de la costa sur-este del país. Estas montañas albergan una rica biodiversidad que incluye especies endémicas y amenazadas de extinción, como el jaguar.
Se buscó hacer una vivienda en este sitio. De manera que no sature su suelo y se relacione de manera equilibrada con la preservación de esta y otras paisajes, considerando que parte de los elementos tuvieron que venir de otros sitios.
La región aún es abundante en agua, pero el aumento de los cambios climáticos ha traído períodos de sequía e incendios. Por lo que se creó una cisterna empotrada para la captación de aguas pluviales con una capacidad de 45 mil litros.
Todo el saneamiento del hogar se realizó con técnicas de permacultura como el Biorreactor de Evapotranspiración (BET) y el círculo de bananos. Garantizando que el suelo no se contamine y que los desechos se conviertan en nutrientes.
La estructura de Casa en Bocaina es mixta. Los bloques de las suites y el basamento están hechos de concreto armado. En el interior, las vigas metálicas conectan los bloques cuadrados y soportan las losas de las terrazas y la estructura de madera del techo. Hubo una gran preocupación por la procedencia de las maderas, considerando la alta tasa de deforestación del país en los últimos años.
Toda la madera adquirida para la estructura, fachada, pisos y cielo raso del techo es de origen de manejo forestal sostenible. Y toda la carpintería se realiza con materiales de demolición. El revestimiento de madera en las fachadas tiene una función térmica y crea un envoltorio de protección de las albañilerías, que se abre y se cierra como carpintería para las habitaciones.
Además de los brises, las cortinas de fibras naturales rodean los ambientes interiores, funcionando como otra capa y un filtro de luz para el hogar. La madera utilizada en las fachadas es Itaúba, que en el idioma indígena tupi asocia las palabras “piedra” y “madera”. Ya que su resina natural quema y sella la madera expuesta al sol, que se vuelve cada vez más dura y gris.
Con el paso del tiempo, Casa en Bocaina también envejece y su exterior se vuelve cada vez más pétreo. Formando una cáscara dura para un interior suave y protegido.
FICHA TÉCNICA
Proyecto: Ana Altberg, Cesar Jordão.
Lugar: Bananal, Brasil.
Año: 2023.
Área: 306 m².
Fotografia: Federico Cairoli.