Fotografía| @moni.farro
La casa de dos pisos que Mónica Farro comparte con su perra Lunita presenta una deco que es un fiel reflejo de su estilo: sencilla pero con un toque de audacia.
En el área del salón-comedor, la atención se dirige de inmediato hacia un sofá de un rojo intenso y audaz, que se convierte en el punto focal del espacio.
Este vibrante color se repite de manera estratégica en las cortinas y en las sillas que rodean la mesa, creando una armonía visual que se ve realzada por líneas negras que aportan un toque de modernidad y elegancia al ambiente.
Al ascender por la escalera de madera combinada con negro, se revelan más detalles artísticos y de diseño.
En el dormitorio principal, en lugar de optar por fotografías convencionales, Mónica ha elegido una pintura en tonos cálidos de naranja y rojo que cuelga sobre la cabecera de la cama, añadiendo una nota de color y expresión artística al espacio.
El suelo del dormitorio sigue la línea de tonos claros, al igual que las paredes y los muebles, lo que crea una atmósfera serena y acogedora que invita al descanso y la relajación.
La casa donde vive Mónica Farro es mucho más que una simple residencia; es un refugio de estilo y confort donde cada detalle ha sido cuidadosamente seleccionado para reflejar su personalidad única y su sentido del diseño.
